miércoles, 10 de junio de 2009

Sobre la naturaleza de las cebras (parte 3)




Era la primera vez que se descubría la nuca para que el sol la calentara como se calienta la leche por las mañanas. Hasta ese día había estado cubierta por un alto cuello bordado de encaje, casi siempre de seda y de sus colores preferidos: azul, morado o gris.
Pero se acercaba el verano y también los vestidos frescos y de tonos claros. Aunque con su tono de piel los vestidos blancos la hacían parecer un espíritu no podía negar que con faldas blancas todo era mucho más liviano.
Le gustaba mucho pasar ratos a solas, y de vez en cuando se alejaba hasta de la civilización pediendose en los jardines y bosques adyacentes a las propiedades de su familia. Pocas cosas le gustaban más que irse lejos con sus papeles de estraza, para bosquejar hojas y más hojas.
En sus ratos de estudio del medio natural descubrió como se alimentan los jilgueros y como son los renacuajos antes de ser ranas. Admitía que como señorita con modales dejaba mucho que desear, sobretodo cuando aparecía con los bajos del vestido llenos de barro. Pero eran sus momentos, ella y lo verde, ella y su mundo.
Gracias a su capacidad de observación había captado leves susurros de los árboles y si se quedaba mucho quieta hasta podía ver bailar a las colinas de cesped.
Una de esas tardes perdida en la inmensidad pensaba en él, y en cuanto verde habría en el lugar donde él estaba. Sospechaba que más aún que donde ella estaba y eso le daba un poco de envidia...bueno, lo cierto es que envidiaba más bien a lo verde por estar al lado de él.
En el fondo estaba convencida de que gracias a esa capacidad de observación, alguna que otra vez había logrado verle el corazón, y su esencia, tan liviana y brillante como una tarde de verano en medio del bosque.

13 comentarios:

  1. Ja. ja! Encantadísimo tambien yo de haberte conocido, Manoli! Sólo lamento que nos viésemos tan poco tiempo, la próxima vez caen unos vinos como que me llamo Rigoberto... Y a mí también se me quedan las patas vueltas al ver tu manejo de la acuarela. Chica, qué dominio, qué sutileza!

    PD: A propósito, ¿qué es eso de la leche condensada? Entre tú y David de Chiquimedia me tenéis loco! ¡Glabs!

    ResponderEliminar
  2. me gusta! muy atrevida la propuesta de un jilguero, asi, a lo loco, con trazo de acuarela y ya esta. Hay que tener las cosas muuy claras para llegar a hacer estas cositas. muy bien escogidos los colores!
    Un besote M.

    ResponderEliminar
  3. La rama punky-macarrilla de fans de la Srta. M solicita formalmente a la autora que la chica de la cebra deje ya de vivir en los mundos de yupi y se desmelene de una p*** vez! queremos cañaaaaaaaaa!!! :D

    ResponderEliminar
  4. Muy lirico..
    Parece una heroina de L. M. Alcott o de Jane Austin..

    Con esos tonos parece que nos muestras el plumaje suave del jilguero..

    Precioso, dibujo y texto.

    Bs.

    ResponderEliminar
  5. Estoy algo dormido, escucho Baba O'Riley de los Who... no pega lo sé, leyendo el texto.

    Creo que todos nos quedaremos "de preda" cuando saque un pie del zapato y lo moje al río. Esa noble del fondo me parece que se ha desmayado de tal osadía juvenil.

    Sigo dormido, veo no a un jilguero, sino a un autobot que se transforma en jilguero.

    En verdad deseo volver a ver a un loro que mete canastas o va en bicicleta del Marineland.

    ResponderEliminar
  6. Un trabajo tan delicado y fuerte al mismo tiempo como tu damisela...

    ResponderEliminar
  7. Q genial volver a leerte y reencontrarme con esa sensación de reconocimiento en tus letras.

    Muac

    ResponderEliminar
  8. Tus textos son frescos y cercanos,tan familiares como las memorias de un amigo de la infancia que no se perdió de vista.

    Y aparte de eso, soy el número 100 de tus seguidores. Aunque 99 es también un número con personalidad ;)

    ResponderEliminar
  9. Buenas!!
    Me encantó leer tu blog, gracias por publicar lecturas tan maravillosas.

    ResponderEliminar

Buenos días. y por si no volvemos a vernos: buenos días, buenas tardes y buenas noches.