No bliss, no light
Tell me it's all just a lie
You can't scare me none
I'm still the lucky one
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Hace aproximadamente dos años estaba bastante perdida, en general. Así que como otras veces, dejé a mi instinto hacer, porque muchas veces él ha sido más sabio que yo.
Mi instinto me llevó al último sitio en el que me imaginé, una aula llena por completo de ordenadores.
Esta semana ha empezado el proyecto final de este loco camino en el que me metí sin saber muy bien a donde me llevaría.
Este extraño camino me ha llevado a recuerdos y momentos, a situaciones, a desafíos, y también a R.
Sigo dibujando tanto o más que antes, pero ahora sé un poquito más de unas cuantas cosas que ni siquiera sabía que existían. Sigo esforzándome en cada cosa que hago, incluso en las que suponen cientos y cientos de líneas de carácteres abstractos que se unen como pequeños engranajes para que un simple click de ratón desencadene la magia. Sigo conservando mis lápices y pinceles, mis gamas de colores, añadiendo algo de metodología, una pizca de pensamiento lógico y unas cuantas (muchas) horas de entrenamiento de hemisferio izquierdo.
Esta loca aventura ya casi llega a su fin, y como si de una bocanada de aire se tratara, salgo de la corriente salvaje que nos ha traído Mayo, esbozo unas cuantas líneas y estampo unas cuantas manchas.
Vuelvo a zambullirme.
